La ruta ideal para los amantes de la naturaleza y la etnografía. Una red de senderos con diferentes posibilidades de trazado y duración según nuestro tiempo y estado de forma. Pasear los bosques de ribera y descubrir la fauna de río, comprender la ingeniería hidráulica y su papel histórico o ascencer hasta los miradores de los montes de la Chaira.

Un sendero que muestra la convivencia armónica durante siglos del ser humano con el medio natural que lo rodeaba. Aprovechando el correr de las aguas del Río Loña como energía sostenible para el desarrollo económico y social del municipio.

La red de senderos de morfología circular perfectamente balizados permite que el usuario escoja el sentido de la marcha en función de su tiempo y estado de forma. Optando bien por el bucle corto de 11 km o el largo de 15km si decide completar la ramificación hasta el Área Recreativa de Loñoá.

En cualquiera de las dos opciones podremos descubrir los bosques de galería y la fauna típica en el río Laña, o de montaña desde varios miradores en los montes de la Chaira. Pero sin duda el verdadero atractivo de esta ruta pasa por conocer de primeira mano, con toda la información a nuestro alcance, la ingeniería hidráulica escondida detrás de cada pequeño molino.

Aparcamientos del embalse de Cachamuíña (Carretera OU-0508) Coord.GPS: 42º19’33.4″N / 7º47’51.8″W

Sendero Circular

Distancia 11km (+ ramificación lineal de 2km)

Duración estimada 4-5 horas

Dificultad Media

Algunos tramos para bicicletas

Pistas de tierra, senderos, puentes.

La necesidad de disponer de un torrente de agua suficiente para impulsar el rodicio, y con él el proceso de molienda, hace que los molinos de estas tierras busquen principalmente las riberas del río Loña y no las de los pequeños riachuelos que lo alimentan.

La mayoría de los molinos se concentran en el tramo medio y alto del río. Su presencia deja huella no solo en las edificaciones de molienda si no que también en la intensa humanización del espacio derivada de su actividad. Desde la red caminos, pasais y ponte/las abiertos para comunicarlo con los principales núcleos de población; hasta las presas y canales construidas para suministrar a los molinos su elemento indispensable: el agua.

EL MOLINO Y SU FUNCIÓN.

El cereal ha sido la base de nuestra alimentación desde tiem pos prehistóricos. De su grano resulta el pan que comemos a diario, pero este no nace en la tierra ni puede cosecharse. El pan es el resultado final de un proceso de transformación y elaboración previo.

Probablemente nuestras propias muelas, con las que tritu ramos la comida, habrían sido los primeros molinos de la historia. Pronto aprenderíamos a batir manualmente las piedras con el grano para obtener la harina. Un
proceso que se iría perfeccionando con el paso de los siglos hasta adaptar el mecanismo para que otros, y no nosotros, fueran los que hicieran ese esfuerzo de fricción. Los molinos de tracción, de agua o de viento parten todos de la misma máxima: canalizar la energía de animales, mareas y ríos, mismo del aire, para extraer la harina con la que elaborar después el pan.

El concepto de molino hid ráulico puede registrarse ya desde la antigüedad a pesar de extenderse notablemente durante la Edad Media. Serían las órdenes monásticas y los señoríos, en una sociedad feudal, las que dominarían su uso. La desaparición de los segundos hace solo un par de siglos, multiplicaría su construcción y los regímenes de propiedad. Habiendo molinos de herederos, de un solo propietario o comu nales.

La localización de los molinos del río Laña, por lo común fuera de los núcleos habitados, no era obstácu lo para que estos actuasen como centros de agregación social. Entre muiñada y muiñada, mientras se esperaba el turno de cada quien para moler, estos espacios eran lugares privilegiados para socializar. Conservando aú n en el folklore numerosas referencias.

« Muíños non son muíños,
que son casiñas dos ratos,
onde se dan os cariños
e mais os moitos abrazos. »

« Unha noite no muíño,
unha noite non é nada;
unha semaniña enteira,
¡esa si que é muiñada! »

« O muíño troula, troula
i a iauga faino troular;
i a filia da muiñeira
rabea por se casar. »

La información aquí expuesta, así como la gran mayoría de los textos recogidos en los diferentes paneles interpretativos de la ruta, pueden consultarse en la publicación del año 2001 «Molinos de Pereiro de Aguiar en el Río Loña» de Jesús José Rod ríguez Gamallo, Francisco Javier Limia Gardón e Pablo Rodríguez Barros. En la imagen, SECCIÓN DE UN MOLINO DE CANAL Y SUS MECANISMOS, del mismo libro.

ARQUITECTURA Y TECNOLOGÍA.

Los edificios que albergan la actividad de molienda tienen por lo general una estructura regular, con una gran simplicidad de volúmenes. Se sitúan en paralelo con el lecho del río, en desnivel hacia él, con el fin de que el torrente de agua desviado en la presa metros antes sea orientado por los canales hasta la localización exacta del molino. Por lo normal ese mismo torrente de agua entra por la parte superior de la fachada y sale por el lado contrario (parte inferior). En el menor de los casos se opta porque este mecanismo adopte una posición transversal.

El material de construcción es la piedra granítica de mampostería, esto es, trozos de piedra sin labrar, irregulares, de dimensiones medias, piedras trabadas sin ayuda de mortero, generalmente, buscando su mejor asiento. Para el enripiado se llenan los agujeros con pequeñas piedras («rachas>>). Los «cachetes» mayores se colocan en la parte exterior de los muros, trabajados a veces («mampostería» concentrada), y los menores en el interio[ En los angulas de los edificios y sobre los distintos vanos (puertas y ventanas), las pied ras se seleccionan con especial cuidado. Las cubiertas suelen hacerse la dos aguas.

Los molinos se estructu ran al interior en dos niveles, el superior o «terminado» (nombre que recibe asimismo el suelo en el que cae la harina), y el inferior, llamado sartén o «infierno», en el que está el mecanismo que mueve la muela debajo del piso, que esta abierta hacia el río.

«Molinos de Pereiro de Aguiar en el río Loña»

En el año 2001 Jesús José Rodríguez Gamallo, Francisco Javier Limia Gardón y Pablo Rodríguez Barros publicaban un completo estudio de los molinos de Pereiro de Agu iar en el río Loña. Aquellas precursoras pied ras dispuestas por ellos fueron segu idas por muchas otras hasta conformar una monu mental presa con la que desviar el cu rso de la historia. Recu perando su memoria y posibi litando el cambio de valor en suuso presente.
Como los canales desvían la corriente del río hacia el molino, y con su torrente impulsan el rodicio, el trabajo de tantos hizo posible que en el otoño de 2020 se inaugu re esta Ruta de los Molinos del Río Laña. Contribuyamos a que la pied ra siga moliendo, disfrutando del hermoso recorrido que iniciamos aq uí y respetando sus valores naturales y culturales, su flora y fauna.

Planifica tu actividad.

Escoge la ruta adecuada valorando siempre el grupo, edad, horario, expectativas, previsión metereológica…

Respeta las normas de cada sendero.

• Presta atención a las diferentes señales, paneles, itinerarios obligatorios o restricciones temporales.
• Respeta los valores naturales y culturales del lugar, su flora y fauna.

Equipa tu mochila.

• No será lo mismo pasear hasta Lamela, en un tramo urbano, que hacer una ruta de senderismo al pie del río.
• Lleva siempre el calzado apropiado para cada ruta, ropa de abrigo o de agua según la previsión y protección solar en época estival
• No olvides nunca llevar agua y comida para las rutas de más duración.

Sigue las balizas.

• Las tres rutas están perfectamente señalizadas.
• No se permite realizar nuevas inscripciones, señales, dibujos o acumulación de piedras.
• En caso de detectar fallos o carencias de senalización, comuníquelo en la web pereiro.gal